La pasión es algo que puede definir a una persona, si eres apasionado en algo probablemente ese sentir se traspase a otros aspectos de tu vida, como le sucedió a Javier Barriga, pintor de murales que intrigan e inquietan a transeúntes que día a día pasan frente a sus pinturas en las comunas de Santiago, San Miguel y Providencia.
Con pinceles y óleos sobre tela, o con spray y brochas en la pared Javier plasma su arte, su primera pasión, su segunda pasión la lleva a la practica con zapatillas y ropa deportiva, en donde recrea su mente y pone en marcha toda su imaginación cuando sale a correr. Acá te dejamos la entrevista a Javier Barriga, pintor y maratonista, quien nos cuenta como influye el deporte en su día a día.
Javier cuéntanos desde hace cuanto tiempo pintas, en que tipo de pintura te enfocas y por qué ese estilo?
Comencé a pintar hace 14 años, a los 16 años, en la casa de mi abuela. Siempre me gustó el dibujo y lo practiqué desde chico, me gustaba copiar fotos y dibujar a mis compañeros y profesores, en eso me pasé todo el colegio y la universidad. Siempre me interesó la pintura realista, sobre todo la figura humana. Mi tema es el retrato, específicamente el retrato femenino. Pinto en un estilo realista porque me interesa aprender de lo que hay, estudiar la naturaleza para ser capaz de articular una realidad objetiva, medible, como la ciencia. La pintura es mi medio para conocer el mundo, por eso pinto como veo.
¿Sientes que salir a correr de alguna forma se entrelaza con tu trabajo?
Pienso que correr ha sido un gran complemento a mi trabajo. Correr me ayuda a decantar las ideas, a limpiar la cabeza y olvidarme un rato de mis proyectos para poner mi atención en funciones más básicas, como respirar. Pintar es una meditación, pero también es un proceso súper intelectual, donde hay que ir tomando decisiones todo el rato. Correr también es una meditación y me ayuda a renovar las energías para mañana. Es un recreo para mi cabeza, y mucho que lo necesito cuando un proyecto de pintura se estanca.
¿Por qué comenzaste con este deporte, que te llevo a hacerlo?
Inicialmente porque mi padre me incitó a hacerlo. Antes solíamos ir a la Laguna de Aculeo a hacer deporte los fines de semana, pero la laguna se secó y nos quedamos sin panorama. Coincidió con que mi papá se puso a correr maratones, y me invitó. Guardarme un sábado por la noche para salir a trotar al cerro al otro día temprano me hace muy bien, no tengo claro por qué, pero dignifica mi existencia, y siento que estoy siendo consistente con lo que realmente quiero hacer. Correr siempre es una buena decisión, y mejor aún si se hace en familia.
Corriste la Maratón de New York y te entrenaste en FRONTT, ¿qué significó para ti el Club Deportivo?
Frontt es el grupo de entrenamiento al que me llevó mi papá. Él llevaba años buscando esto, ser parte de algo más grande en relación a correr. Entrenábamos dos días a la semana a las 6:30 en un parque, esto implicaba levantarme antes de las 6, y en invierno esto es muy duro. Le recomiendo Frontt a cualquiera que quiera lograr el desafío de correr una maratón, es un grupo muy motivado con buena energía, mucho apoyo y también trabajo duro. El sacrificio se convertía en esfuerzo, y la paga de cumplir con los entrenamientos algo incomparable.
¿Cuál es tu próximo desafío deportivo?
Mi próximo desafío es, seguir entrenando, pero darle más espacio al surf, que es un deporte que por el trote he dejado de lado. Correr siempre va a ser parte de mi vida, o al menos eso espero, pero no me caso con una actividad. De todas formas, si mi padre me vuelve a invitar a correr una maratón, me verán de nuevo en Frontt entrenando a primera hora.