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Paula Valladares, runner y espíritu FRONTT



Llegué a Frontt hace dos años (abril 2016). Yo veía en Facebook que mis sobrinas y su mamá entrenaban en un club y subían fotos. A cada posteo les ponía me gusta y algún comentario. Un día Sebastián González, el entrenador me contestó: Paula Valladares cuando vienes a Frontt?, y ahí comenzamos con mensajes, después me llamó por teléfono y me invitó a Frontt.

Hasta esa fecha, jamás se me había pasado por la mente entrenar en un parque, menos trotar. Fui obesa, en el año 2012 me sometí a una cirugía para bajar de peso, previo de la operación iba al gimnasio a las 5 de la mañana, ya que tenía que perder unos kilos, después sólo me aparecí un par de veces por ese lugar y nunca más volví a hacer ejercicio hasta el año 2016. Pagué un año en un conocido gimnasio y creo que asistí un mes. Me aburría y no sentía ninguna motivación. Mientras tanto, mi vida era muy sedentaria y estaba subiendo de peso. Eso me preocupó y decidí hacer algo para frenar esto. Recuerdo que le dije a Sebastián: YO NO QUIERO TROTAR, quiero hacer ejercicios porque debo cuidarme.

El día antes de comenzar en el equipo el Seba me escribió: ”Paula Valladares mañana comienza tu cambio de vida”, y así fue.


Frontt es mi lucha contra la obesidad y la ansiedad. Cuando te sometes a una cirugía bariátrica te operan el estómago, pero no te quitan la ansiedad. Es responsabilidad tuya cuidarte y llevar una vida saludable. Hay un porcentaje de pacientes que rebotan después de unos años y eso me estaba pasando a mí. Operarse en mi caso no fue fácil, si bien era mi sueño después de fracasar con dietas y tratamientos para adelgazar, la inversión de esta cirugía tuvo un costo emocional, físico y monetario. No me arrepiento ningún día de la decisión que tomé, lo haría mil veces, pero le recomiendo a cada paciente que pase por el pabellón, tomar conciencia de que esto no es la solución, después viene el trabajo diario para mantenerse. Es ahí cuando Frontt le da un giro a mi vida. Al principio era hacer ejercicios y trotar un poco. El primer día fue un fiasco, mis sobrinas corrían más que yo. Recuerdo jadear a los pocos metros, no tenía resistencia, capacidad aeróbica… no tenía nada. Sólo las ganas de hacer algo distinto por mi salud, lo demás vino con el tiempo.

Te vas encantando con el deporte, cada logro te hace buscar más. Yo diría que te envicias un poco, quieres bajar los tiempos, entrenar más, te pones metas con más kilómetros, te compras zapatillas adecuadas, ropa especial, reloj deportivo. Todo lo necesario para estar bien preparada. Ahora no paso de largo por la sección de deportes, al contrario, es a la primera que voy.



Hacer deporte significa, disciplina, constancia, sufrir lesiones, aguantar el dolor, renunciar a carretes, a trasnochar, a perderte de eventos porque tienes que madrugar, eso se aprende con los entrenamientos. Comer mal, dormir poco, no entrenar, te pasa la cuenta. Te lo dicen, pero hay que estar en la pista para darte cuenta de que es así. Comienzas a conocer los músculos de tu cuerpo, a detectar si te molesta algo. Empiezas a cuidarte en todo sentido.

Me hice un chequeo con el cardiólogo, pasé por exámenes y el famoso test de esfuerzo… ese que apenas pude rendir cuando era obesa, esta vez aguanté varios minutos en la cinta. El doctor me mandó a hacer más deporte y volver en un año. Ya estoy deseosa de subirme a la cinta y ver cuanto he mejorado mi rendimiento en esa prueba. Voy a la nutricionista deportiva, me hacen masajes descontracturantes y chequeo mis piernas con el kinesiólogo en forma periódica. He tenido dos lesiones estos años, por eso estoy atenta a cualquier molestia.

Pasé de hacer un poco de ejercicio, caminar y trotar cada un minuto, a correr una vuelta al parque Juan Pablo II, ese fue mi primer logro. Estaba tan contenta que quise más. Después fueron 1 km, 2 y así sucesivamente, hasta que corrí 10k en la MDS el 2017. Ese día hicimos un pacto con mi cuñada, correr 21k en Viña. Por razones de salud no pude hacerlo, me lesioné la rodilla y me autorizaron a correr solo 10k. Pero me quedé con la espina clavada. Este año cumplí mi sueño el 8 de abril en la MDS con 21k, y el 20 de mayo repetí mi hazaña en la maratón de Lima. Bajé mi tiempo 15.3 minutos. Sin duda las experiencias que más me han marcado han sido participar en las maratones.

Cruzar la meta es mágico, hay que vivirlo para saber lo que se siente!


Frontt me ha dado varias cosas: Entrenamiento, asesoría deportiva, entretención y sobre todo alegrías. Claro que lo recomiendo. Al pasar de los años, te vas haciendo de amigos nuevos, todos en la misma sintonía. Vas creando lazos, nos apoyamos, nos damos consejos, nos reímos y pasamos momentos duros también. Vamos a competencias, hacemos carretes, los traileros te convencen de correr en cerro, los triatletas te dicen, súbete a la bici y ponte a nadar, somos todos medios locos… pero locos por el deporte y pasarlo bien.

El deporte baja la ansiedad, te hace estar más contenta, es una terapia, te sube la autoestima. Mi trabajo es demandante y me encanta, estoy con bebés todo el día, tres veces a la semana hago clases por la noche, no voy a negar que a veces estoy tan cansada que quisiera irme a la casa. Es en ese momento, cuando entrenar es la mejor terapia para botar el estrés. Quedo más agotada, pero con el corazón lleno de alegría porque hice algo beneficioso para mí y al otro día me levanto feliz.



Mi vida cambió…


Si me hubiesen dicho hace dos años que iba a correr 21k, habría respondido que era una locura. Hoy estoy pensando en correr una maratón. Eso significa mucho trabajo de mi parte, sacrificios e invertir más horas en entrenamiento. Pero estoy segura de que puedo hacerlo, ya me demostré a mí misma que soy capaz.




Paula Valladares, runner FRONTT

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